El olfato es uno de los sentidos más antiguos que poseemos. Cuando una fragancia intensa y penetrante llega a nuestra nariz, sin duda alguna es causante de un impacto instantáneo que, a través de nuestro cerebro, nos invade de distintas sensaciones, llamadas “memorias olfativas”. Llegando a nuestros sentimientos y haciéndonos recordar incluso a través del paso del tiempo, puesto que se queda grabado con intensidad en nuestra memoria.
Históricamente, la rosa siempre ha sido conocida como “la reina de las flores”. Considerada como la flor del amor en diferentes culturas y religiones. Para los griegos la Rosa era la flor de Afrodita, diosa del amor y la belleza. Para los cristianos místicos, en la Edad Media, la rosa era la flor de la Virgen, símbolo de la pureza.
Es por excelencia el símbolo de la belleza. Nos acompaña en momentos importantes de nuestras vidas; nos da la bienvenida al nacer, nos desea suerte cuando nos casamos y nos acompaña en nuestro último viaje.
Cleopatra utilizaba el aceite esencial de rosas para sus fines amatorios de una forma muy intensa, desde impregnarlo en las velas de la nave que la transportaba por el Mediterráneo, para avisar de su llegada a puerto, hasta llenar algunas fuentes de agua con rosas. Incluso cubría el suelo de su dormitorio con los pétalos, para hechizar así a sus amantes, entre ellos a Marco Antonio. Precisamente fue ella quien puso de moda el perfume a base de rosas en la Roma antigua.
El aceite esencial de rosas puro es el más supremo de todos los aceites esenciales. Se destila siguiendo técnicas tradicionales para conservar sus características y propiedades únicas.
A día de hoy muchos países producen aceites esenciales de rosa; entre ellos Marruecos, Turquía, Egipto, India, Bulgaria y la más reconocida Francia (en la región de la Provence). Los pétalos son siempre recolectados uno por uno, a mano y al amanecer. Siendo necesarios 5.000 kg de pétalos frescos para la extracción de 1 kg del aceite acabado. El aceite esencial se obtiene a través de la destilación, por corriente de vapor de los pétalos. Es un aceite muy complejo y está compuesto por más de 275 moléculas.
Echando cuentas, una gota de aceite esencial contiene aproximadamente la esencia de 30 rosas. No todas las rosas os regalan su perfume. La rosa de Damasco (o damascena) es una de las más perfumadas y es por ese motivo es la más preciada en la perfumería tradicional. Es un ingrediente ideal para todas las pieles. Un tratamiento cosmético con esta esencia es poderoso y delicado a la vez. Sus propiedades a nivel cosmético son múltiples, incluyendo el efecto antioxidante y antiarrugas.
Otras propiedades para la piel:
Resulta difícil poner en palabras la embriagadora fragancia del aceite esencial de rosa. Más bien nos invita al silencio y al sentimiento de paz que lo acompaña.
Ciertamente su elevado precio puede hacernos dudar a la hora de adquirirlo, sin embargo es un aceite esencial imprescindible, potente y valioso. Llegando a costar entre 5.000,00 € y 6.000,00 € el kilo. El aceite esencial de rosa es muy beneficioso para recuperar el equilibrio emocional.
Propiedades para el ánimo:
Ahora mismo es un buen momento para tirar de él. No solamente en forma de aceite esencial, que puede ser costoso y difícil de encontrar. Hay muchos cosméticos que los llevan. En Per Purr tenemos la pastilla de Jabón Silky y las sales de baño Floral-Cure que llevan aceite esencial de rosas. ¡Es un boost para la piel y para el ánimo!