Se habla mucho de los beneficios de crecer y vivir con un animal y, aunque también os enumeramos algunas de esas maravillas testadas por la ciencia, hay otras razones por las que en Per Purr somos animal friendly.
El icono de nuestra marca ya adelanta un poco sobre nuestra pasión felina, pero hoy queremos comentar brevemente lo que representan los animales para nosotros. Curiosamente, cada una de las personas que formamos Per Purr, comparte o ha compartido su vida con una mascota.
Se dice que la mejor manera de saber cómo es alguien realmente es observando su actitud con los animales. No pasa nada si se tiene miedo a alguna especie por su tamaño o por sus características, no vamos a juzgar a nadie por ello. Sin embargo, el comportamiento general con los animales dice mucho del respeto por otros seres vivos y por la naturaleza.
En algunas ocasiones se utiliza el término animal friendly únicamente como estratagema del marketing. La gran mayoría sabe que, por fortuna, la legislación europea no permite el testado de cosméticos en animales y nos alegramos enormemente de ello, (nunca se nos pasaría por la cabeza hacer algo así).
Si un producto está creado para el uso de las personas debe ser probado en personas. Además, siempre disfrutamos cuando hacemos las primeras pruebas entre el equipo y, como cada integrante es un mundo también en la piel, nos encanta observar y hablar de las diferentes reacciones. Luego ya comienza la parte más técnica y con más personas, pero ese punto inicial es un gran momento de complicidad entre nosotros.
El respeto es fundamental (en todos los sentidos) y por ello consideramos que debe respetarse al resto de las formas de vida con las que convivimos. Sin embargo, debemos reconocer que esto no siempre es así y, la verdad, es la falta de convivencia con los animales la que dificulta el desarrollo de algunas aptitudes.
En algunas ocasiones hay madres y padres que temen que sus hijos crezcan con animales, sin embargo, no hay nada más beneficioso para el crecimiento y el desarrollo del sistema inmune; como corrobora el estudio realizado por la Universidad de Kuopio (Finlandia). Estiman que los niños que viven con animales (concretamente perros) están más sanos, con un 30% menos de probabilidad de sufrir infecciones respiratorias, tos, rinitis o fiebre.
El crecimiento con animales también estimula la actividad sensorial y potencia la agilidad.
Aunque pueda sonar un poco contradictorio, vivir con una mascota es positivo porque nos expone de forma más directa a los gérmenes y las bacterias. Esta exposición es beneficiosa porque nuestro sistema crea una mayor resistencia e inmunidad ante dichos agentes.
La primera de todas (y que cualquier persona que haya tenido un miembro animal en su familia sabrá) es la fidelidad. Cuando un animal te muestra su amor, este se vuelve incondicional.
No hay nada más terapéutico que la escucha y el acompañamiento sin juicios.
La vida con animales ayuda a reforzar el autoestima de las personas.
Compartir tu día a día con un animal también hace que seas más responsable, conozcas el valor del compromiso y superes la pereza.
La empatía es otra de las grandes cualidades que deberían tener todas las personas y crecer con animales favorece el desarrollo de este sentimiento.
Uno de los grandes problemas del siglo XXI es la soledad y con ella también la depresión. Las personas que conviven con animales tienen menos probabilidad de sufrir depresión.
La compañía de los animales estimula el contacto y la comunicación.
Por último y quizás la más importante de estas razones es que vivir con animales nos hace más felices.