Queremos compartir con vosotros este artículo que nos ha parecido fundamental para comprender por qué es tan importante mantener una correcta higiene, pero no únicamente ahora, sino siempre.  Como entendemos que no todo el mundo entiende el inglés y por si el traductor automático de vuestro buscador os falla, nos gustaría sintetizar aquí los puntos más importantes destacados por el profesor de Química de la Universidad de  New South Wales, Palli Thordarson.    


 

Para entender mejor por qué el jabón es la mejor manera de prevenir o deshacerse del virus debemos entender primero cómo funciona un virus. El profesor destaca entonces que hay tres elementos fundamentales por los que se componen un virus:  

 

  1. ARN = Un genoma de ácido nucleico (como el ADN del virus)

  2. Proteína. La cual genera una barrera entorno al virus y ayuda a su desarrollo y multiplicación dentro del cuerpo del huésped.

  3. Una capa externa de lípidos grasos.

 

La conexión entre estos tres componentes es lo que proporciona la estructura del virus, sin embargo el profesor Thordarson destaca que esta estructura es débil.  Aunque al respecto no podamos entender la supervivencia de este virus, debemos saber que el denominado autoensamblaje viral se basa precisamente en esas interacciones débiles entre las proteínas, el ARN y los lípidos.  Estas interacciones comúnmente denominadas débiles forman una barrera prácticamente irrompible.

 

Ese ensamblaje, al que denominaremos partícula viral, puede romperse con el jabón porque contiene unas sustancias grasas similares a los lípidos del virus.

 Aquí el profesor Thordarson explica cómo el jabón, en contacto con los lípidos, hace que se desconecten del virus y de la piel; al eliminarse los lípidos también lo hacen otros de los enlaces débiles que conforman el virus. Entonces, el virus, sin la conexión de sus enlaces se desmorona.

Sin embargo, tenemos que ser muy concienzudos con el correcto enjabonado. Aunque el jabón ayude a destruir la membrana del virus debemos ser conscientes, en todo momento, de la fuerza de adherencia que tiene el virus. Con sus formas irregulares y su nano-tamaño puede quedarse en cualquiera de las pequeñas arrugas de nuestras manos. Por ello es importante no dejar ninguna zona sin enjabonar y mantener el proceso durante un mínimo de 20 segundos, para que el jabón pueda realizar su función.

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